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ODS, Objetivos de Desarrollo Sostenible

Los Objetivos 7, 11 y 12 están profundamente interrelacionados en el marco de la transición energética.
Juntos, impulsan un cambio hacia un futuro más verde y equilibrado, además de sostenible en el tiempo.

Energia asequible y no contaminante

Aborda directamente el tema de la transición energética, promoviendo el acceso universal a fuentes de energía asequibles, fiables y sostenibles.
Incentiva el cambio hacia fuentes renovables, reduciendo la dependencia de combustibles fósiles y fomentando un sistema energético más limpio y eficiente.

ciudades y comunidades sostenibles

Las energías renovables pueden integrarse en el diseño urbano para reducir la huella de carbono en las ciudades y mejorar la calidad de vida.
Por ejemplo, la electrificación del transporte público mediante energías verdes, como buses eléctricos y sistemas de tranvía, pueden disminuir la contaminación del aire y las emisiones de gases de efecto invernadero, haciendo las ciudades más habitables.

produccion y consumo responsable

Se enfoca en reducir el desperdicio de materiales, energía y agua a lo largo de toda la cadena de producción y consumo, promoviendo así una economía circular.
Se estima que el sector de la energía es responsable de aproximadamente dos tercios de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, por lo que optimizar la producción y el consumo energéticos es crucial.

Objetivos 2030 y 2050 para la Transición Energética

La transición energética es uno de los mayores desafíos y oportunidades del siglo XXI. Este proceso implica un cambio fundamental en la manera en que producimos y consumimos energía, alejándonos de los combustibles fósiles y hacia fuentes de energía más sostenibles. Dentro de este contexto, los objetivos establecidos para 2030 y 2050 son cruciales. Estos hitos no sólo guían la política energética global, sino que también marcan el ritmo del desarrollo tecnológico y la inversión económica necesaria para alcanzar un futuro más verde y sustentable.

Objetivos 2030:
Un horizonte cercano y ambicioso

Los objetivos energéticos para 2030 se centran en 3 pilares:

Reducción de emisiones de gases de efecto invernadero

Una de las metas más cruciales para 2030 es la reducción significativa de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). Para muchas naciones, esto significa cortar las emisiones en al menos un 45% respecto a los niveles de 2010. Este objetivo es coherente con el Acuerdo de París, que busca limitar el aumento de la temperatura global a menos de 2°C, preferiblemente a 1.5°C, por encima de los niveles preindustriales.

Incremento de la Eficiencia Energética

La eficiencia energética es otra piedra angular de los objetivos 2030. Mejorar la eficiencia energética implica usar menos energía para realizar la misma tarea, lo que resulta en menos consumo de recursos y menos emisiones. Los avances en tecnología, como los sistemas de calefacción y refrigeración más eficientes, y la modernización de infraestructuras, juegan un papel crucial en este ámbito. La meta es mejorar la eficiencia energética en al menos un 32.5% para 2030.

Energías Renovables en el Mix Energético

Para 2030, se espera que una parte significativa de la energía provenga de fuentes renovables. Este objetivo varía según la región, pero la Unión Europea, por ejemplo, ha establecido que al menos el 32% de su energía deberá provenir de fuentes renovables como la solar, eólica e hidroeléctrica. Este cambio no solo reduce las emisiones de carbono, sino que también disminuye la dependencia de los combustibles fósiles y mejora la seguridad energética.

Estos objetivos son esenciales para limitar el calentamiento global a niveles manejables y evitar los peores impactos del cambio climático.

Objetivos 2050:
la visión a largo plazo

Los objetivos establecidos para 2050 son aún más ambiciosos y marcan el camino hacia una economía global neutra en carbono. Este horizonte a largo plazo se enfoca en una transformación completa de los sistemas energéticos.

Neutralidad en Carbono

El objetivo primordial para 2050 es alcanzar la neutralidad en carbono. Esto significa que las emisiones de carbono netas deben ser cero. Para lograrlo, será necesario un cambio radical en todos los sectores económicos, desde la energía hasta la industria, el transporte y la agricultura. Las tecnologías de captura y almacenamiento de carbono (CAC) serán fundamentales, al igual que las inversiones en proyectos de reforestación y otras estrategias para absorber el dióxido de carbono de la atmósfera.

Descarbonización del Sector Eléctrico

La descarbonización completa del sector eléctrico es una meta crucial para 2050. Esto implica que la generación de electricidad debe provenir en su totalidad de fuentes libres de carbono. Las energías renovables jugarán un papel central. La integración de estas fuentes en la red eléctrica requerirá avances significativos en almacenamiento de energía y en la gestión inteligente de la red.

Innovación y Tecnología

El desarrollo de nuevas tecnologías energéticas, como los sistemas de almacenamiento de energía de larga duración, las redes inteligentes (smart grids), y la electrificación de sectores que tradicionalmente han dependido de combustibles fósiles, como el transporte y la industria pesada, son la clave para alcanzar los objetivos de 2050. La inversión en investigación y desarrollo será esencial para avanzar en estas áreas e innovar la tecnología necesaria.

¿Qué es la transición energética?

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Es el proceso de cambiar el sistema de producción y consumo de energía de fuentes no renovables (como el petróleo, el gas y el carbón) a fuentes renovables (como la energía solar, eólica e hidroeléctrica). Este cambio es necesario para reducir las emisiones de GEI -gases de efecto invernadero- y mitigar el impacto del cambio climático; dando lugar a la transición hacia energías verdes.

¿Por qué son importantes los objetivos 2030 y 2050?

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Son esenciales porque establecen un marco temporal claro de las acciones necesarias para combatir el cambio climático. Los objetivos a corto plazo de 2030 ayudan a iniciar cambios inmediatos y significativos, mientras que los objetivos a largo plazo de 2050 proporcionan una visión para una transformación completa y sostenible.

¿Qué son las energías renovables y por qué son cruciales?

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Son aquellas que se obtienen de fuentes naturales inagotables o que se regeneran de manera natural, como la luz solar, el viento y el agua. Son cruciales porque no emiten gases de efecto invernadero durante su generación, lo que ayuda a reducir el impacto ambiental del sistema energético, por lo que se consideran energías verdes.

¿Qué es la eficiencia energética?

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La eficiencia energética se refiere a la utilización de menos energía para proporcionar el mismo servicio o realizar la misma función. Mejorar la eficiencia energética implica tecnologías y prácticas que permiten reducir el consumo energético sin sacrificar la calidad de vida o la productividad. Descubre más sobre tecnologías y prácticas para mejorar la eficiencia energética.

¿Qué implica la neutralidad en carbono?

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La neutralidad en carbono implica equilibrar la cantidad de dióxido de carbono emitido con una cantidad equivalente de carbono absorbido o eliminado de la atmósfera. Esto puede lograrse mediante la reducción de emisiones, el uso de tecnologías de captura y almacenamiento de carbono y la implementación de proyectos de reforestación y conservación.

¿Cuál es el papel del almacenamiento de energía en la transición energética?

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Permite almacenar el excedente de energía generada por fuentes renovables para su uso posterior. Esto es esencial para asegurar un suministro de energía constante y fiable, dado que las fuentes renovables como la solar y la eólica son intermitentes por naturaleza. Por tanto, el almacenamiento de energía es crucial en la transición energética.

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